La música suena a toda voz en sus oídos y recorre cada parte de su cuerpo. Porque Alicia realmente siente la música por cada poro de su piel. Escucha una canción antigua, una de su infancia. This is me, de la película Camp Rock. Recuerda cuántas veces ha visto esa película. No las puede contar con los dedos de las manos. Y es que realmente le gustaba mucho esa película. Siempre soñó en parecerse a Demi de mayor. La canción llega al estribillo:
“This
is real,
this
is me,
I'm
exactly where I supposed to be now,
gonna
let the light,
SHINE
ON ME.”
Canta
ella subida en la cama. De repente la puerta se abre y entra un chico
de ojos verdes, pelo negro como el azabache. Puede tener unos
dieciséis años. Se queda a cuadros al ver a la chica encima de su
cama cantando, aunque no canta nada mal. Qué dice nada mal, lo hace
muy, muy bien. Alicia no se ha dado cuenta porque suele escuchar la
música con los ojos cerrados. Ella sigue cantando y cuando termina
la canción abre los ojos. Al ver al chico apoyado en la puerta,
mirándola con una sonrisa en la cara, se queda paralizada. El color
rojo inunda su rostro. De la vergüenza pasa a la ira.
-¿¡Qué
haces tú aquí?!-dice casi gritando, muy alterada. Se da cuenta de
que sigue subida en la cama y salta al suelo con agilidad. Se quita
los auriculares y los deja sobre la cama.-¿¡Quién eres?!-vuelve a
preguntar, ya que el chico no responde, sino que sigue observándola.
Que la observen fijamente la pone nerviosa, y más si es un chico
tan... guapo. Ahora que se fija más detenidamente, es realmente
guapo. Se vuelve a poner colorada.
-Creí
que esta era mi habitación. O por lo menos eso me dijo la mujer que
me recibió. Ya veo que se ha confundido, o quizá me dio a mí la
habitación de mi hermana y viceversa. Aunque ahora me alegro de que
se equivocara...-y suelta una carcajada.
-¿Por
qué?-pregunta la chica, con cara de no entender.
-Porque
así te he podido conocer y encima me has dado un concierto. Por
cierto, cantas como los ángeles, nena.
-A
mí no me digas nena.-dice, otra vez roja, esta vez de ira.
-¿Preciosidad?
¿Cariño? ¿Cielo? ¿Cómo te gusta?
-Alicia,
me gusta Alicia.
-Mm...
Así que te llamas Alicia...-dice él como procesándolo.
-Oh
que bien, lo has captado. Un premio para ti.-responde Alicia
sarcástica.
El
chico ríe y coge la maleta que había dejado en el suelo.
-Bueno,
yo me despido. Veo que no te he pillado de humor. Hasta pronto,
Alicia.-dice, remarcando la palabra Alicia.
Esta
suspira y observa como el chico del que no sabe el nombre, desaparece
por la puerta.
***
Dani
tiene un rato libre y saca su guitarra. Como no tiene compañero de
cuarto, no molesta a nadie. Empieza a tocar la primera canción que
se le viene a la mente: Forever young de Alphaville. Es una de sus
preferidas. El tiene la misma costumbre que Alicia: cerrar los ojos
cuando canta o escucha música. Así que tampoco se entera de la
chica que abre la puerta de su cuarto y se queda petrificada al
verlo. “Canta muy bien...”, piensa la chica. Se queda embelesada
con la música. Como ha pasado hace pocos minutos en el cuarto de
Alicia, Dani abre los ojos y se queda pasmado al ver a la chica.
-¿Quién
se supone que eres?-le pregunta, con el ceño fruncido.
-So..soy
Sara. Me han dicho que esta era mi habitación, pero creo que se han
confundido. Seguramente me hayan dado el número de la habitación de
Raúl...
-Ah,
yo soy Dani. ¿Quién es Raúl?
-Mi...mi
hermano. Somos nuevos aquí.-dice la chica. Parece muy tímida, al
contrario de su hermano.
De
repente la puerta se abre y aparece Raúl con la maleta a sus
espaldas.
-Hola
hermanita. Nos han confundido las habitaciones eh...
-Si...-responde
ella.
-La
tuya es la 322. Menos mal que yo memoricé tu número que si no...
-Si
no yo te hubiera podido encontrar sola.-responde esta un poco
molesta. Su hermano la trata como si fuera una niña pequeña, aunque
solo tiene un año menos que él. Es decir, ella tiene 15.
Raúl
levanta los brazos como tranquilizando a su hermana y Dani solo
observa perplejo la situación. ¿Ese va a ser su compañero de
habitación? Pues que suerte que ha tenido... Un momento. Ahora que
lo piensa, la 322 es la de Alicia y Laumari.
-¿Así
que tú has estado en la 322?
-Sí.
La chica no es muy simpática. Su cara llegó a ponerse tan roja como
su pelo...-dice mientras ríe.
-Alicia.
-deduce Dani por lo del color del cabello.
Raúl
solo asiente.
-Canta
muy bien, la verdad.-admite mientras sonríe.
-Eso
porque no has escuchado a Dani...-interviene Sara.
-Ah,
¿tú tambien cantas?-pregunta Raúl suponiendo que el chico que
tiene delante es el tal Dani,
-Sí,
somos un dúo.-responde este.
Raúl
asiente mientras se toca la barbilla, como si se acariciara la barba.
Se forma un silencio incómodo que Sara rompe:
-Bueno
chicos, os dejo solos.-recoge la maleta del suelo.- Un placer Dani.
Y
se va. Los dos chicos se miran.
-¿Me
enseñas el internado?-dice Raúl.
Dani
suspira y asiente. Se acabó su momento de paz.
-Claro,
vamos.
***
Cuando
Alicia aún no se ha repuesto de la visita de aquél chico, otra
chica aparece por la puerta. También de ojos verdes, pero más
oscuros que los de su hermano. Y el pelo negro, como su hermana.
-Tú
debes de ser la hermana del chico que ha estado aquí hace cinco
minutos, ¿no es así?-dice Alicia antes de que la chica hable. Sara
asiente intimidada.- Vaya, parece que tú no eres tan habladora como
tu hermano.
Sara
sonríe y niega.
-Soy
Sara.-le dice, y extiende la mano.
-Yo
Alicia, encantada.-sonríe y extiende también su mano.
En
ese momento aparece Laumari acompañada de Laura. Las dos se quedan
paradas en la puerta que sigue abierta.
-Hola
chicas,-saluda Alicia con la mano.- esta es Sara, nuestra nueva
compañera.
Las
chicas entran y saludan.
-¿Vivís
las dos aquí?-pregunta Sara refiriéndose a Laura y Laumari.
-No,
solo yo.-responde Laumari sonriente.- Soy Laura María, pero me dicen
Laumari.
-Yo
soy Laura, pero me dicen Laura. Vivo en el cuarto de al lado.
Las
chicas estallan en risas. Se ve que se van a llevar muuuuy bien...
No hay comentarios:
Publicar un comentario