Alicia
y Laumari se han llevado toda la tarde hablando sobre mil temas,
aunque el principal era One Direction. Resulta que Laumari tampoco ha
tenido clases, porque también ha llegado hoy, aunque ella ya ha
estado otros años en el internado, a diferencia de Alicia. Cuando el
reloj da las nueve menos cuarto, Laumari le dice a Alicia que a las
nueve dan la cena. Las dos bajan al comedor, mientras siguen hablando
de sus cosas. Cuando llegan, cogen una bandeja y se sirven la comida.
Hoy toca: “Hamburguesa con lechuga tomate y cebolla o sándwich
mixto.” Las dos eligen la hamburguesa y se sientan al final de una
de las tres grandes mesas que hay. Eso le recuerda a Alicia al
comedor de Harry Potter. Laumari le explica a Alicia que ella aquí
no tiene demasiados amigos, porque dicen que está loca. Además, que
Laumari tenga mechas de colores (azul y rosa), no influye demasiado
bien en sus relaciones sociales. Sin embargo, a Alicia le parece que
le quedan muy bien, e incluso que le favorecen. Su sueño siempre ha
sido ese, ponerse mechas, pero Ada nunca lo hubiera consentido.
Alicia y Laumari siguen hablando cuando de repente una rodaja de
tomate impacta en la cara de Alicia. Se vuelve justo para ver como un
chico de su misma edad se sienta de nuevo en la mesa, intentando
aparentar que nada ha pasado. Ni corta ni perezosa, Alicia abre su
hamburguesa y elige un trozo de lechuga que sobresale por los lados
del pan. Echa hacia atrás su mano y tira la lechuga, que cae sobre
la cabeza del chico. Una chica que se sienta a su lado (su novia,
adivina Alicia), coge un pan de su sándwich mixto y lo lanza, pero
no alcanza a Alicia, si no que se esparce por la cara de un chico
próximo a ella. Entonces se desata la locura. Empieza una guerra de
comida, que bien podría llamarse la Tercera Guerra Mundial. Alicia
pasa de ensuciarse demasiado y se mete debajo de la mesa, no sin
antes observar a Laumari, que se lo está pasando de lo lindo tirando
comida. Alicia gatea bajo la mesa, pero lo hace a ciegas, porque casi
no se filtra luz del comedor. Cuando ya está llegando al final de la
mesa, y después de varios pisotones, Alicia choca con algo duro.
Levanta la vista del suelo y resulta que es la cabeza de un chico.
Inmediatamente procede a disculparse:
-Huy,
lo siento, de verdad. Es que esto está demasiado oscuro.-El chico la
mira y Alicia cree ver una sonrisa.
-No
pasa nada, también ha sido culpa mía. Por cierto soy Dani. ¿Tú
eres Alicia?
-Sí,
¿cómo lo sabes?
-Bueno,
corren rumores de que ha llegado una nueva chica al internado que se
llama Alicia.
-Pues
sí, soy nueva y me llamo Alicia.
-Por
una vez los rumores son ciertos.-Dice Dani divertido.
-Sí,
jaja, bueno, tengo que irme. Necesito salir de aquí, porque con la
que se ha montado...
Dani
asiente y deja paso a Alicia como puede. Alicia se interna por el
pequeño hueco que queda y en el intento su mano roza la de Dani. Se
pone colorada y avanza más rápido aún. Cuando consigue salir, sale
del comedor y corre escaleras arriba, en dirección a su habitación.
Al llegar, descubre que Laumari todavía sigue abajo. Decide tumbarse
en su cama y poner música. Le da a aleatorio y la primera canción
que sale es Just the way you are, de Bruno Mars. Esa canción le
recuerda a Laumari. Antes, cuando ha hablado de que tenía pocos
amigos, se le veía muy triste. Cierra los ojos y se olvida de todo.
Se sabe la letra entera, le encanta la canción. Alicia comienza a
cantar. Cuando la canción termina, abre los ojos y se encuentra a
una sorprendida Laumari apoyada en la puerta. Alicia se queda
extrañada y le pregunta:
-¿Qué
pasa?
-Nada,
no pasa nada. Solo que llego al cuarto y me encuentro con que cantas
maravillosamente y no me habías dicho nada.-Dice Laumari tumbándose
en su cama.
-A
mí no me parece para tanto.-Le contesta ella despreocupada, a la vez
que se encoge de hombros.
-¿Que
no? Pues que sepas que cantas perfectamente. Tienes una voz
superdulce, y además no se parece a la de otras artistas.
-¿Por
qué te has quedado tanto tiempo allí abajo? Con la que había
formada...-Cambia de tema rápidamente Alicia. Ya le han dicho varias
personas que canta bien, pero a ella no le gusta su voz. Además una
vez intentó unirse a una banda y la rechazaron. Y como ella no sabe
tocar ningún instrumento, pues no puede hacer nada más.
-Jajaja...-ríe
Laumari- Me he quedado porque así aprovecho y me ensaño con los que
me caen mal. He repartido hamburguesas por doquier hasta que la
cocinera se ha dado cuenta y he salido corriendo. De buena me he
salvado... Si me hubieran pillado con las manos en la masa, me
hubieran llevado al director. Menos mal que corro rápido que si
no... ¿Y tú cómo has desaparecido?
-Me
escondí debajo de la mesa y avancé hasta la salida. Y debajo de la
mesa he conocido a un chico muy simpático, Dani se llama.
Laumari
se queda pensativa un momento y dice:
-Dani...
¿Un chico castaño de ojos color miel? Que lleva el pelo así a lo
Justin Bieber al principio de su carrera.
-¡Sí!
¿Lo conoces?
-¡Claro!
Si es mi único amigo aquí. Qué casualidad de que os hayáis
conocido chica, así no os tengo que presentar.
Las
dos amigas ríen. En ese momento alguien llama a la puerta. Alicia va
a abrir y se encuentra con Dani.
-Hola,
¿puedo pasar?
-Claro,
claro. Pasa.
-Hola
Dani,-dice Laumari- me parece que Ali y tú ya os conocéis, ¿no es
así?
-Si,
nos conocimos antes.
Alicia
se sienta en la silla de la que dispone el cuarto (junto con un
escritorio). Dani la observa. Es una chica pelirroja, pero no de un
rojo anaranjado, como suele ser el pelo pelirrojo, sino de un rojo
fuerte, que parece teñido. Unos ojos verdes, a diferencia de su
hermana que los tiene oscuros, y una tez pálida, propia de los
pelirrojos. Dani piensa que es muy guapa. Reacciona, ya que se ha
dado cuenta de que se ha quedado mirándola fijamente y le pregunta:
-¿Eres
pelirroja natural? Lo digo porque el rojo de tu pelo parece
artificial, como si te lo hubieras teñido.
Alicia
se ríe y le responde:
-Sí,
lo soy. Siempre que conozco a gente nueva me lo pregunta.
Los
dos se sonríen. Laumari siente que ahora mismo sobre en esa escena.
Por eso intenta integrarse en la conversación:
-Alicia,
¿sabes que Dani toca la guitarra? ¿No dices que necesitabas a
alguien que la tocara? Pues aquí lo tienes.
-¿Y
para qué me necesitas?-Pregunta Dani intrigado.
-Bueno...
La verdad es que se me da bien cantar, pero no se tocar ningún
instrumento. Compongo canciones, es decir, las letras, porque la
música no sé escribirla.
Laumari
se interna otra vez en la conversación:
-Bueno,
a eso os puede ayudar mi tocaya Laura, que es mi otra única amiga
del internado. A ella le encanta componer. Te la puedo presentar, por
que Dani, obviamente ya la conoce, y si me das una de tus letras a lo
mejor le puede poner la música. ¿Qué te parece?
Como
respuesta, Alicia rebusca en su maleta y saca una carpeta llena de
papeles. Se la entrega a Laumari y sonríe emocionada. Por fin parece
que va a poder cumplir su sueño...
Me ha gustado mucho =) Está interesante y me gusta tu manera de narrarlo.
ResponderEliminarOh, de verdad, muchas gracias, es muy importante para mí. Enseguida me paso por vuestro blog y os dejo lo que me ha parecido. :)
ResponderEliminarDe nada =) Gracias a ti por leer el nuestro y por escribir una obra tan buena.
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